lunes, 31 de octubre de 2011

Arte que restaura vidas


Comienza a nacer esperanza al mismo tiempo que se trazan líneas y se narran historias. Es el dibujar y escribir mientras se rompe con etiquetas y se enseña la verdadera vida de aquellas personas que por diferentes circunstancias no tienen hogar.
José Luis Vargas en el teatro Morales Carrión, conferencia ICI
Fue en la conferencia “Iniciativa Comunitaria como modelos de intervención para usuarios de drogas”, llevada a cabo el 18 de octubre de 2011, donde se explicó un método artístico y desconocido por muchos en la sociedad para ayudar con la problemática de los usuarios de drogas que se han quedado sin hogar, y también fue un lugar donde se marcó la vida de aquellos que dijimos presente.
José Luis Vargas, coordinador del Centro de Medios para jóvenes en Iniciativa Comunitaria de Investigación, Inc., puso su talento al servicio de la comunidad cuando, a pesar de no haber estudiado psicología, logró la introspección de forma terapéutica y artística en cada uno de los individuos que quedaron sin hogar y visitaron Iniciativa Comunitaria debido a las drogas, la falta de dinero, entre otras. Utilizaron la pintura como medio de expresión y como resultado obtuvieron el llegar a reconocer la posición y la condición real en la que se encontraban. Allí compartieron cosas de su vida que nunca habían imaginado expresar. Vargas les enseñó que a través de las pinturas podían escribir historias y podían marcar a otras personas.
Paso seguido, los participantes de Iniciativa Comunitaria lograron proyectar a través de cómics sus historias con la meta de dejar saber sus vivencias y romper con los pensamientos que tienen muchas personas al ver “la gente en la calle”. En base a esto se creó un cortometraje llamado Un viaje interrumpido donde se capturó la vida de muchos y pretende que aquellos que los ignoran, simplemente, aprendan a escuchar.
Aquí el tráiler de Un viaje interrumpido que está disponible a la venta pro fondo Iniciativa Comunitaria.

sábado, 29 de octubre de 2011

Reacción ante una censura en la cultura

Desde joven intuyó que indagar en las dinámicas de la conducta humana la llevaría a ayudar a otros. Fue a través de la Procuraduría de la Mujer que Sharon K. Nicolau Ramos logró orientar a miles de jóvenes y adultos por medio de conferencias y otros medios que desarrolló, al percatarse que vivía en una sociedad demasiada viciada en sus costumbres. 
Nicolau estudió psicología y consejería, herramientas de las que pudo “echar mano” al  trabajar con estudiantes en escuelas intermedias, cuyos sectores eran de altas incidencias criminales y violentas; y donde surgían varios interrogantes de la sexualidad humana.  Fue precisamente allí donde se percató de las necesidades que tenía el país con respecto a las temáticas de sexismo, machismo, prevención de violencia en el noviazgo, violencia en el trabajo, maltrato, entre otros muchos aspectos que identificó.  Un concepto preocupante para Nicolau ya que “en Puerto Rico, todavía, en pleno siglo veintiuno [el tema de la sexualidad] sigue siendo tabú y, lamentablemente, esa falta de información mantiene a la gente enajenada de la realidad… de lo importante que debería ser educarse sexualmente desde bien temprano para tratar de evitar las metidas de pata”.
A partir de este punto, Nicolau reconoció que desarrollar material educativo era como único podía trabajarse la problemática. Con ademán de preocupación, destacó como el comportamiento que se reflejan en las películas y en la información que los jóvenes tienen acceso está cargada de información “sexualizada”. La sexualidad, según Nicolau, ha sido proyectada de forma distorsionada y no es un tema atendido de forma correcta por nuestra cultura para orientar a los jóvenes.
                Sin embargo, Nicolau decidió no dejarlo ahí. Para ella no sólo fue conocer lo que vivían los jóvenes, sino que buscó cómo especializarse; obtuvo una Certificación en Sexualidad Humana y se armó de conocimiento para poder combatir este mal que acecha el país. Como parte de la procuraduría trabajó con una propuesta para el Departamento de Educación cuyo currículo se dirigía a estudiantes de escuela elemental para enseñar sobre la prevención y la violencia de género, incluso en las comunidades y en las familias.
Nicolau favoreció firmemente la importancia de mover al puertorriqueño a una reeducación: “Es un bombardeo de información que se necesita para tratar de que la gente se concientice, de que esta es una problemática real, que no es un problema de las mujeres, es un problema de la sociedad, de la ciudadanía, donde todo el mundo tiene que aportar su granito de arena… la clave es un proceso educativo a todo nivel” dijo. Al mismo tiempo, recordó las campañas políticas que interrumpieron la propuesta y contaba cómo, a su vez, el cambio de administración provocó el que ignoraran el proyecto.
Una de varias de las insatisfacciones que enfrentó durante su trabajo en la Oficina de la Procuradora de la Mujer fue que olvidaron los años de lucha para pasar de la Comisión para los Asuntos de la Mujer a ser reconocidos como Procuraduría. Señaló que fueron constituidos para “defender los derechos de las mujeres, hacer cumplir las leyes, evitar los atropellos… no es un escenario para simplemente dar orientaciones o hacer coordinaciones de servicio, eso no es una procuraduría”. Igualmente, no dudó en agradecer todo lo que aprendió y reconoció lo mucho que le debía a la agencia.
Claro, Nicolau ha pasado momentos difíciles a través de su vida. No obstante, el deseo inicial de ayudar a otros, que desde su juventud ha permanecido constante. Sólo ha crecido con las experiencias que ha obtenido. Esto la ha llevado a tener cierta empatía y a reconocer otras áreas que necesitan ser atendidas por la sociedad. Firmemente, alberga en su corazón un cambio para nuestro país y, además de ser profesora, continúa trabajando con propuestas para lograrlo.

domingo, 23 de octubre de 2011

¡Despertar!


Es lo que pretende provocar en nosotros esta actividad. Se llevará a cabo el 26 de octubre y tiene como meta el que despertemos del sueño que vivimos, podamos ver lo que está pasando en nuestro país, y en el mundo, para reaccionar y hacer algo al respecto.  Repetidas veces vivimos cosas que sabemos que afectan nuestro país, ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Qué está a mi alcance? Esto y mucho más lo veremos en Awaken College Edition. ¡No te lo pierdas!




lunes, 10 de octubre de 2011

Un anciano con una historia repetida

Ángel Maldonado pasó muchos años de su juventud cuidando a su madre en el hospital. Las súplicas de ella, y el reconocer la necesidad que tenía de tenerle cerca, provocaron que permaneciera a su cuidado día y noche. Sin embargo hoy, los papeles han cambiado, Maldonado se encuentra en la posición de su madre, aunque sin familiares que estén a su lado. Esta es la situación que viven muchos en el Hogar de Ancianos del Municipio de Cayey.
Es interesante cómo Ángel, de 83 años, comparaba los tiempos de antes donde la sociedad quizás era peor económicamente pero aplaudía la unión que se tenía entre conocidos, vecinos y amigos. “Tenía uno que andar descalzo, no le daba a uno para la comida, ni pa’ comprar zapatos de esos pero había más unión” expresó mientras explicaba la situación actual de Puerto Rico donde para hacer cualquier trabajo debe existir un beneficio para aquel que lo haga, “por eso yo estoy aquí… a to’ el mundo le interesa el chavito”.
Me preocupa el que los ancianos sean cada vez tratados como un pedazo de trapo sucio. Para quienes trabajan en el Hogar de Ancianos, es evidente que quienes son ingresados, al mismo tiempo son olvidados y abandonados. Es constante para ellos la historia de que uno de sus participantes esta grave o enfermo y al tratar de comunicarse con sus familiares nunca aparecen, o siempre tienen una excusa, y terminan voluntarios amaneciéndose en el hospital con ellos para que puedan tener compañía. No obstante, cuando vemos un anciano se debe entender que son personas y que al compartir con ellos se humaniza cada vez más nuestra forma de pensar. Se obtienen nuevos amigos que hacen reír por montón. Quizás no se obtiene ninguna ganancia monetaria pero debemos reconocer que el dinero no es lo único que tiene valor.
Hace poco leí una noticia de Jorge Duany titulada “Una sociedad envejeciente” donde postulaba que “prevalece la falta de atención a las necesidades y preocupaciones particulares de la población envejeciente”. Donde las estadísticas del último censo determinaban que los puertorriqueños estaban envejeciendo rápidamente y al mismo tiempo disminuyen sus ayudas. Si es así, es tiempo de considerar el cómo se tratan los ancianos y estar dispuestos a sacar de nuestro tiempo y/o, de alguna forma, buscar beneficios para ellos.

sábado, 8 de octubre de 2011

Algo llamado angustia

“It’s a Word you don’t hear in this pampered age.

Anguish means extreme pain and distress. The emotion so stirred that it becomes painful.

Acute deeply  felt inner pain because of conditions about you, in you, around you.

Anguish… Deep pain, deep sorrow”.


Son expresiones que escuché en un video que recopilaba frases de una prédica, titulada A call to Anguish, de un pastor, David Wilkerson (1931-2011), fundador de la Times Square Church en New York City, quien a pesar de que se refería a la iglesia y cómo ésta debe conocer el concepto de sentir angustia, entendí que es algo que todos debemos de tomar en consideración por igual.

Estas palabras me recordaban la dureza del corazón del hombre actual y de la condición en la que está mi país. Es cada vez más preocupante el ver que pocas personas se dan cuenta de lo que sucede a su alrededor. Sólo algunos reaccionan y deciden participar de algunas actividades que fomenten valores y enseñanzas positivas al pueblo de cómo trabajar para beneficiar a otros. (Tales como las conferencias  de cómo trabajar con personas sin hogar, drogadictos, criminales, mujeres y hombres maltratados, ancianos y niños en hogares, entre otros.) También sólo algunos se preocupan por salir de su agenda para ayudar a otros. Se ve lo que sucede alrededor de nosotros y, al ver las condiciones violentas y las necesidades del país, no hay un sufrimiento de angustia como pueblo donde se entienda que algo está pasando. ¡Debemos reaccionar, dejar de dormir y abandonar el sueño que vivimos!

La mayoría de la sociedad está muy centrada en lo suyo, en el consumismo comercial que ha hecho que cada vez se quiera gastar más y más en sus deseos y olvidan las necesidades de los que viven alrededor de ellos; aquellos que se encuentran cada día. Se centran en cosas materiales y tonterías que deberían abandonarse para poder ser capaces de ver más allá de lo que se acostumbra. Para esto es necesario salir de sus casas, de sus comodidades, y poder trabajar en sectores marginados, generar una buena idea para orientar al pueblo y hacerlos ayudarse unos a otros, ser generosos con todos cada vez que salgamos a la calle, entre otras ideas que se pueden llevar a cabo como pueblo.

Como diría David Wilkinson, ahora que se considera el concepto no es el momento de crear una preocupación,  que es simplemente algo que comenzó a interesarte. Sino buscar un sentimiento real y actuar en pos de lo que está pasando en nosotros, en lo que creemos, en lo que somos y, consecuentemente, en nuestro país. Ya es tiempo de que algo auténtico pase, de que como pueblo nos unamos y trabajemos para luego ver frutos en los cuales estemos complacidos al ver, en vez de seguir viendo malas noticias.