lunes, 21 de noviembre de 2011

Necesario recordar


Este escrito que hoy decidí compartir con ustedes, es uno de los tesoros que guardo ya que fue de los primeros ensayos que realicé para la Universidad. A medida que leía las inspiraciones de mis años de “prepa”, consideré como han pasado los años y los pensamientos de muchos en la juventud han permanecido constantes. Es preocupante el que todavía se mantenga lo viciado entre los jóvenes y lo dormido entre los mayores. El releerlo, trajo a memoria la necesidad que padece la educación del país y el llamado a despertar que hice hace casi cuatro años. Aquí un poco de esos primeros tiempos.
Vida universitaria
La Universidad es donde se estudian las letras y las ciencias. Allí el ser humano se dispone a aprender de manera diferente a como lo pudo haber hecho tiempo atrás. Quizás romperá costumbres o hábitos que no contribuyen a este proceso; dejará lo que es de niño o joven, para ser un adulto. Dejara así la pereza que pudo haber cargado por años.
Una vez leí un reportaje sobre los estudiantes universitarios que decía: “debemos prepararnos a acunar a una generación de plastas que han hecho la impunidad su religión y que han recibido casi todo a cambio de nada. Y digo casi todo porque no hay lección de vida” (Mayra Montero). La mayoría de las personas en la sociedad están acostumbradas a lo fácil. Esto causa que estén en una zona “fuera de riesgo”, donde la iniciativa para desarrollarse está, según el engaño de sus mentes, fuera de su alcance. Pensarán en cosas pesimistas, como “será muy difícil”, “no lo lograré” o “no me gusta”, sin conocer que se puede volver profeta de sus palabras. Llega el momento cuando el ser humano se estima poco o quizás como mucho. Por esta razón, es necesario hacer nacer la disciplina para crear nuevos hábitos que lo llevaran a adquirir experiencia, experiencias que llevarán a la educación; a conquistarse a sí mismo y a vences la batalla de la mente.
El pozo más hondo de la vida son los pensamientos negativos. Debe existir en nosotros tanto el querer como el hacer. Hay que despertar a la realidad y ver que nadie más estará haciendo las cosas por nosotros. Hay que conocer que tenemos la habilidad de comenzar algo y terminarlo con éxito, sin permitir que un simple fracaso nos lleve a nada, sino a crecer y a madurar. Es tiempo de atreverse a tomar riegos con nortes correctos que llevarán a una mejor calidad de vida.
8 de agosto de 2008
Nota: Perdonen las repeticiones y otros errores básicos, lo dejé como fue escrito por primera vez.

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