lunes, 28 de noviembre de 2011

Apercibidos

Recoges algo que se le cayó a una persona y te mira como si fueras alienígena. Te fajas en tu trabajo y sólo esperas la recompensa del dinero. Vas dos o tres millas extras para transportar un amigo de un lugar a otro, se envuelve en una conversación en lo que le das “pon” y, sin darse cuenta, se baja del automóvil de corrido al lugar de destino. Es que ya a muchos se nos ha olvidado el valorar el clásico y tan necesario “gracias”.


El pasado jueves, 24 de noviembre de 2011, se conmemoró nuevamente el día de agradecimiento, o el famoso día del pavo. Este día es muy importante para el puertorriqueño, sin embargo, pocos han considerado la importancia de mantener esta actitud a través del año.


Como diría mi profesora de ciencias políticas de la Universidad: “estamos muy acostumbrados a que todo este legislado y ya no se hace nada por sentido común”. Ha permanecido el sentir de tener que hacer un trabajo y, al mismo tiempo, se espera alguna ganancia. Pocas veces se actúa por el deseo genuino de servir, por ver la mejoría de aquel que lo necesita y cada vez se aleja más el apreciado, y poco mencionado, “gracias”.


Nuestro país está en tiempos fuertes. Al salir a la calle, es evidente que el auge de la criminalidad ha mantenido a muchos en tensión y buscando alientos de vida. Quizás un detalle como el empezar una vida agradecida sea uno de esos gestos que es capaz de cambiar la forma de pensar de muchos. Vayamos a la práctica.

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